jueves, 29 de mayo de 2008

Educacion vial






para empezar:

Las señales de tránsito mejoran la convivencia y la seguridad en la vía pública. Para que los niños las acepten y aprendan, se requiere del ejemplo de los adultos y especialmente de sus padres.

Si bien la educación vial no exime de tener un accidente o contratiempo de tránsito, al menos garantiza que se está formando una cultura de la circulación, que a mediano y largo plazo redunde en beneficios de convivencia y en un ambiente más seguro para niños y jóvenes.

Esta labor educativa debe empezar desde el hogar, por lo que un programa de educación vial y acciones encaminadas a la prevención de accidentes debe comenzar por involucrar a los padres.


Que podemos hacer?

El primer objetivo de la educación vial es proteger la vida y la integridad física de las personas. Afortunadamente son muchas las cosas que podemos hacer para empezar a transmitir la cultura vial, evitando accidentes.
En muchas escuelas existen asociaciones de padres que han iniciado programas que coadyuvan a la educación vial y cada mañana hacen guardias en determinadas esquinas para que los automovilistas respeten a los niños que van a la escuela. Así, en forma ordenada, los dejan pasar y cruzar por calles que generalmente están congestionadas.
En cambio, en otras tanto los padres incumplen las reglas parándose hasta en tercera y cuarta fila y los chicos adolescentes salen a la calle sin ninguna precaución. Ambos ejemplos requieren de una reflexión de los padres sobre el ejemplo que dan y las acciones que permiten.
El reglamento de tránsito es casi desconocido para la mayoría: un buen principio es conseguirlo y leer algunas de las reglas que se considere pueden servir a los pequeños para identificarlas mientras circulan y observan a peatones, autos y camiones.